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En una noche solitaria, apareciste.
Dulce niña de los ojos negros
tu mirada profunda,
encerradora
te vi allí sentada
mirando al cielo.
Un cielo iluminado
y lleno de estrellas
que resplandecían tu sonrisa.
Oh, dulce criatura,
con tus cabellos azulados
y rizados,
con tus ropas rasgadas por el viento
de un color ceniza.
Quién diría que no existes
que eres...
Un amor imaginario.
Tú corres por el bosque
buscando un consuelo
a tu grito incoherente
y desesperado
Oh, ninfa no me mires así,
me asustas, me atraes,
me atormentas
si tan solo supieras...
yo jamás te haría daño.
Tus ojos se encienden,
como un llama ardiente,
me agobias, me deprimes
tus uñas se clavan duras,
en la corteza de un árbol
me miras de reojo
y te escondes
como un animalito asustado.
Suelta esa arma,
tus besos son más efectivos
y más voraces,
más sabroso de la miel
aunque no existas.
Pero no puedo continuar así
debo verte , tocarte, acariciarte
debo conocerte
o tendrás simplemente
que olvidarme.
No huyas, no puedes huir ,
te tengo, entre mis brazos,
en mi cuerpo, en mi mente...
¿Pero qué pasa? ¿Qué sucede?
poco a poco te desvaneces,
no te vayas dulce niña..
Mi amor imaginario.